martes, febrero 22, 2005

Despiertos

Cuántas veces se ha secado mi piel
al filo en la penumbra?
Cuántas, el eco ha resonado
para morirse lejos?
Cuántas, el sueño me ha besado
en la compasión, y cuántas en el amor intacto?

El día despunta en mis párpados tranquilos
y en ellos cae la noche tan desesperada como pregunta
y un aleteo fugaz, iridiscente,
me lleva, me rescata...
me alza en vuelo, tan alto
donde no hay palabras.

Nos cae encima el alba
las alas se repliegan hasta hundirse
de nuevo en las costillas
y vuelvo a preguntarme, entonces...
¿Cuántas veces permitiremos
que el miedo nos impida volar más alto,
lo suficiente... para volar despiertos?.

Aroón Rivera

miércoles, febrero 16, 2005

VUELO DE MARIPOSA

A veces los espejos me dicen tu rostro,
los sueños te develan con premura,
una catarsis nos despierta entrambos
cual mariposas confundidas,
así amanece en nuestra legión absurda
donde el “querer estar” no significa,
ni responde, ni santifica.

La confusión recorre uno a uno
los segundos de mi vida,
el conocimiento todo se resume
a veces en tu nombre
y otras veces en mentira,

No sé si me place o duele verte,
cuando el tiempo nos ha hecho tanta burla
y cuando el universo nos ha besado juntos.

No importa cuan acabado estoy,
y cansado de los mismos fracasos y dolores,
de los errores estigmáticos al alma
y los huesos rotos del espíritu,
en verdad no importa cuánto tiempo
he de dedicar a tu sombra
ni cuán inmerso me encuentre
rezando tu nombre.

Ha sido mi forma de amar,
siempre así, mientras el agua en el río fluye
y mientras el tiempo hace polvo de nosotros,
alguna vez terminaré de tejer mi capullo,
y cuando sea libre, tanto que vuele,
quizá seas tú por quien vuelva.

1998-1999
Aroón Rivera

II

Más con los brazos que con las alas
más con las manos que con los ojos
más con los labios que el oido
más en el respiro que en el suspiro
más en los nervios que en el sueño
le extraño...

Le extrañan más mis sábanas que la almohada,
más la vida que la idea
le extraña mi corazón, los poros,
le extrañan mis piernas, mis rodillas,
le extraña mi hombro y mi mejilla
le extraña mi nariz, mi piel, mi espalda...

Le extraña mi vida, y qué extraño
que usted esté y no esté... a mi lado.

domingo, febrero 13, 2005

I

Ella solía andar despacio, a veces parecía cansancio pero no era sino tranquilidad, detenimiento... paraba a contemplar cosas, a verlas de cerca... Se detenía también a soñar. Le encantaba soñar, sobre todo si soñaba con volar.

Una noche, su corazón sufrió una metamorfosis. No eran los golpes o los tropiezos, no eran las trampas o las trincheras. Al día siguiente ella tenía alas... Su corazón también las tenía.

Algo le impulsaba a volar, pero al comenzar a hacerlo, retenía un poco el aire, el nervio. Siempre terminaba regresando tras el tercer aleteo, ella creía sentirse segura sobre tierra. Trataba de seguir contemplando las cosas de cerca, pero en realidad su atención parecía haberse fugado, las cosas parecían borrosas.

Pasó el tiempo. Una noche, volvió a soñar que volaba... despertó y seguía volando...

El 15 de Neruda

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Poema 15
Pablo Neruda