domingo, febrero 13, 2005

I

Ella solía andar despacio, a veces parecía cansancio pero no era sino tranquilidad, detenimiento... paraba a contemplar cosas, a verlas de cerca... Se detenía también a soñar. Le encantaba soñar, sobre todo si soñaba con volar.

Una noche, su corazón sufrió una metamorfosis. No eran los golpes o los tropiezos, no eran las trampas o las trincheras. Al día siguiente ella tenía alas... Su corazón también las tenía.

Algo le impulsaba a volar, pero al comenzar a hacerlo, retenía un poco el aire, el nervio. Siempre terminaba regresando tras el tercer aleteo, ella creía sentirse segura sobre tierra. Trataba de seguir contemplando las cosas de cerca, pero en realidad su atención parecía haberse fugado, las cosas parecían borrosas.

Pasó el tiempo. Una noche, volvió a soñar que volaba... despertó y seguía volando...